Cuando llega el momento de buscar servicio doméstico en Madrid son muchas las dudas que pueden surgirte sobre qué es lo que más te interesa. No nos referimos si a una o a otra profesional, sino a tener claro qué labores quieres que realice, ya tengan que ver con el cuidado de niños o con el de la casa, así como durante cuánto tiempo a la semana la necesitarás.
En Empleada en casa lo primero que hacemos cuando nos pides que te ayudemos a encontrar a la perfecta profesional para tu familia es preguntar acerca de tus necesidades. No es lo mismo lo que precisa una pareja sin hijos, por ejemplo, que una que tiene tres pequeños en edad escolar.
A partir de ahí podemos empezar a definir cuál es tu empleada de hogar en Madrid perfecta. Hay dos grandes tipos de profesionales en este sentido: las internas y las externas.
Empleada interna o externa
Las primeras son aquellas que viven en la misma casa que la familia que las contrata. Tienen una dedicación absoluta y puedes recurrir a ella siempre que lo necesites. No cabe duda de que tiene derecho a vacaciones y descansos, regulados por ley, pero también sabes que tienes una ayuda cerca con la que puedes contar.
Las empleadas externas, por el contrario, son las que no conviven con la familia. Acuden a realizar su trabajo el número de horas por las que han sido contratadas. Hoy vamos a centrarnos en este tipo y cuáles son las ventajas de optar por ellas como empleada de hogar en Madrid.
Para empezar, tú decides cuántas horas las necesitas. Pueden tener jornadas de cuatro u ocho horas, así como una extendida de doce. Tienen un horario normalizado, de lunes a viernes. Sabes que en esas horas puedes contar con ellas, por lo que te ayuda a organizarte el resto de la semana.
Mantener la intimidad en el hogar
Las empleadas de hogar son de gran ayuda en una familia, pero también es verdad que hay ciertos momentos en que prefieres la intimidad con tu pareja o tus hijos. Al contratarla varias horas al día sabes que en el resto de la jornada vais a estar solos, no te sentirás cohibido o extraño por tener a otra persona en casa.
Al no convivir con la familia a la que cuida no es necesario contar en casa con una habitación que sería para el servicio doméstico. Es algo fundamental a la hora de contratar a una interna y, si no tienes espacio, tendrás que optar por una externa.
Su jornada por horas te permite una mayor flexibilidad a la hora de disponer del servicio doméstico que necesitas. Al mismo tiempo, si las necesidades de tu familia cambian puedes extender la jornada, ya sea de manera temporal o definitiva.