Siempre es divertido echar una mano a los Reyes Magos y Papá Noel. Pero no cabe duda de que no siempre es fácil saber qué es más o menos adecuado regalar, sobre todo cuando estamos pensando en los más pequeños de la casa. Quienes están a cargo del cuidado de niños saben de qué hablamos y tienen amplia experiencia en elegir lo mejor.
A la hora de pensar en un regalo hay que tener varios aspectos en cuenta. Por una parte, los subjetivos, que sea algo que le guste a quien lo va a recibir y también a quien lo hace, así como que se ajuste a su presupuesto. Luego están otros factores, los que te ayudarán a seleccionar la mejor opción para los niños.
Escribir con ellos la carta
Ante la amplia variedad de productos que existen hoy en día es fácil sentirse desbordado y pletórico al escribir la carta a los Reyes Magos y pedir una gran cantidad de juguetes. Sin embargo, los padres han de saber inculcar al pequeño que no es necesario hacer tantas peticiones. Es un modo de valorar lo que se tiene y aprender a priorizar lo que se quiere, incluso se necesita.
Recibir más o menos juguetes no quiere decir que se quiere más o menos a un niño. De hecho, es habitual encontrarse con niños desbordados que acaban optando por un único producto y desechando todos los demás. Por eso es importante revisar con ellos qué quieren y pensar en que sea algo que van a utilizar durante cierto tiempo, no un capricho momentáneo y pasajero.
A todos nos ha pasado que parte de los regalos que se reciben en casa en Navidad caen en el olvido y se convierten en trastos a limpiar por la empleada del hogar. Para evitar este tipo de situaciones lo mejor es priorizar qué se regala y, a ser posible, no concentrar su entrega en un único día. Esto es contraproducente porque el niño se siente desbordado y no disfruta ni del momento ni de los presentes.
Recomendaciones para elegir el regalo
También estaría bien que existiera cierta coordinación entre quienes regalan para que no haya ni juguetes repetidos ni muy dispares. Una buena idea es recurrir a una temática común, de tal manera que el pequeño pueda disfrutar al tiempo de los presentes y compartirlos con otros. Nunca está de más preguntar a los padres, que son los que mejor conocen los gustos de los niños y saben a qué puede sacar más provecho.
No hay que olvidar tampoco seguir las recomendaciones sobre la edad a la que están permitidos determinados productos, así como procurar evitar adquirir juguetes violentos y sexistas. A través del juego infantil estamos educando a los adultos del mañana.