A la hora de buscar a alguien que se encargue del cuidado de niños es seguro que los padres buscamos lo mejor. Para ello hay que dar no solo con quien sea la mejor para ellos, sino también que sea la más adecuado. Por eso hoy queremos hablaros de dos profesionales que, en ocasiones, se llegan a confundir. Se trata de la persona que se encarga de cuidar a los niños y de la salus.
Ambos perfiles tienen como finalidad proporcionar el bienestar a los pequeños y ayudar a sus padres en determinados momentos, pero no son lo mismo. La salus es una profesional que tiene amplios conocimientos sobre todo lo que puedan necesitar en las edades más tempranas los bebés, en sus primeras semanas y meses. La cuidadora se puede encargar tanto de recién nacidos como de niños de mayor edad.
Qué es una salus
De hecho, es habitual que una empleada del hogar se haga cargo tanto del cuidado de los niños como de la casa. Son labores que, con una correcta organización, son complementarias. No ocurre lo mismo con la salus. Es una profesional encargada únicamente del bienestar del bebé, y su labor es más puntual y breve en el tiempo.
La salus es una persona que, además de estar especializada en el cuidado de los más pequeños, tiene otra clase de conocimientos que le son útiles, desde formación como enfermera o auxiliar a conocimientos de matrona y nutrición para los más pequeños, así como pediátricos, de lactancia, psicomotricidad o fisioterapia.
Su misión es ayudar a los padres y al pequeño en sus primeras semanas de vida. No es solo que lo cuide y vigile, sino que también es la colaboración que los progenitores precisan para, por ejemplo, descansar por la noche y hacerlo con la tranquilidad de saber que las necesidades de su hijo están cubiertas durante esas horas. El cuidado nocturno de salus como las de Empleada en casa es fundamental para que en las primeras semanas todo vaya sobre ruedas y la adaptación de la nueva familia sea perfecta.
Ayuda para el bebé y la madre
Sus conocimientos no son solo prácticos, hacia el bebé. También se los transmite a la madre, a la que asesora en diversos aspectos que tienen que ver con el postparto y cómo afronta la maternidad. Además, se traslada a la casa de la familia para favorecer al máximo esa adaptación. Nada como conocerles en el que será su hogar.
Una salus es un gran apoyo para las familias, pero su labor se centra en las primeras semanas, incluso meses, de vida de los pequeños. Más adelante serán las cuidadoras de niños las que tomen el testigo y se encarguen de cuidar a los más pequeños de la casa.